martes, 25 de agosto de 2009

pos opus

ante la incandesente luz de la blanca mañana
se perturba la vista, pesa, duele, es demasiado, retrocedo
ante un ataúd de sabanas de algodon y almohadas mancilladas
paga su cuota el vientre, despues de una noche lobrega de placeres mundanos
virilidad entumecida, amoratada que se refugia como lechuza de las mil noches en vela, que por fin duerme.
caín está impávido,la luz quema, lasivia por el suelo se queja y retuerce,
despues de un huracan, la calma es música de aturdidos, el silencio atonta, afecta los sentidos que aún desvarian
escapar de ese vertigo de azufre y copal, voragine que trata de fugarse por la boca.
dulce flor que marchita en la copulación, aureola de lívidos sabores, exploción en do menor que aún da vueltas en la cabeza, murmullo que se apaga, que se borra, la luz penetra en todo, aunque tenga los ojos cerrados inunda la oscuridad de la mente, la osucridad de las oscuridades,
y así, suspendido en la blanca mañana, se retira el letargo.
resucita el eterno dolor de cabeza